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Soria Ya y León casi ya… si eso

Leoneses y castellanos y también las leonesas y castellanas, acabamos de salir del úl￾timo proceso electoral que ha tenido dos diferencias evidentes con otras elecciones: que eran las primeras elecciones que se han adelantado antes del fin de la legislatura (antes no teníamos esa potestad en el Estatuto) y que sólo votábamos castellanos y leoneses en toda España. Elucubrar sobre si lo primero se debió a conveniencias del partido en el Gobierno de la Comunidad y en la oposición a nivel nacional tiene poco recorrido, pues es potestad del Presidente y ya está. Lo otro, lo de celebrar elecciones en solitario, sin municipales y sin otras comunidades votando, nos ha puesto en el foco mediático de buena parte del país y dudo mucho que haya sido para mejorar la imagen que de Castilla y León tenían el resto de españoles. Según muchas opiniones ilustradas y respetables, durante la campaña se ha proyectado una imagen retrógrada y viejuna, cuando no cateta, de la clase política (que nos representa, queramos o no) y la prueba de contraste la dan muchos naturales de estas tierras que tuvieron que irse a otros lugares a ganarse la vida (en eso sí somos una potencia europea) y han vivido con cierto sonrojo el desarrollo de la campaña electoral, pero por aquí no esperábamos otra cosa al parecer, o nos da lo mismo, ¡que esa es otra!

Aparte de la irrupción de la extrema derecha con un porrón de procuradores, el otro rasgo destacable del resultado es que tampoco se conoce caso alguno de otra comunidad autónoma donde el feroz centralismo practicado haya catalizado la irrupción de partidos provincialistas. Más allá de la UPL, que consigue los mejores resultados de su historia y tiene la segregación territorial en su ADN desde el principio, con una reivindicación clara y conocida por todos, aunque con un ideario mucho menos conocido, la consecución de procuradores de Por Ávila y especialmente Soria Ya, son la manifestación más clara del fracaso de una gestión de décadas durante las cuales no ha sido poca la gente que ha echado de menos el antiguo centralismo preautonómico de Madrid, y eso es muy grave en un Estado de las Autonomías santificado en la Constitución, pues cuestiona en alto grado la legitimidad social, política, territorial y administrativa de la comunidad autónoma, entidad sobre la que recae la representación y la gestión de la soberanía, derechos y deberes de los ciudadanos que en ella viven en un porcentaje mucho mayor de lo que algunos pensaban y ahora comienzan a descubrir. Si casi la mitad de los sorianos laminan a los dos partidos mayoritarios hasta aho￾ra, es para tomar muy buena nota. Si en León la UPL hubiera sacado 7 procuradores y unos 100.000 votos… ahora estaríamos hablando de otra cosa.

Alguien se imagina partidos como Por Orense, Guadalajara Ya, Almería Existe, Somos Castellón o Cacereños Libres? Pues permanezcan atentos a sus pantallas, no vaya a ser que el leonesismo acabe siendo minoritario en una comunidad cantonalizada a golpe de gestiones como la vivida hasta ahora.